PROSTITUTA
Voluptuosa
cruzas el umbral de mi sexo;
y traes respiro a mi pobre alma
corrompida por las pasiones.
Estoy en un atolladero contigo...
Inmerso en serpes que me hostigan;
Realista, por otro lado,
camino este camino que es la vida.
Sin otra ilusión que tus caderas.
Elemento impuro, prostituta,
calzada también con las alas de Lesbos,
Ciudadana de la isla más deseada;
Y del sincero estupro a la manceba.
Y el sol, oh, para colmo, sale
y derrota la noche más áspera;
Aquí el súcubo se retira en el más
cruel silencio. Para volver...
Quién sabe cuándo,
quizás, otra vez, cuando mi alma desespere.
Ramera, a mil entregas tu delirio,
y frío como el hielo yace en tu alma herida.
Y como a tientas andas en la mañana,
ensombrece tu lamento, y solo
ves cornisas, y
sucumbir...
Luego, cierras tus ojos, y oprimes tu seno
victorioso,
templado por las manos de los ilotas de la noche,
que pagan su óbolo al sexo sicario,
Que aplastan lo que hicieron en minutos,
y denostan contra el cielo, cuanto todo ello
pasa.
Y en tus sueños retorna el alma de niña,
y son tus muñecas las que de trapo,
tienen de cartón el alma.
Las que te arropan, y un arrorró te cantan
en ese tremebundo silencio.
Hasta que la noche salga e impere;
y en silencio las farolas te reconozcan
puta.
Y camines impresionante hacia tu cadalso diario,
e impresione tu mirada y tu cabellera lacia,
se prenda de la mano hostil
transformada en un niño,
de algún marinero, de algún caballero
que salió a defecar su moralina;
Envuelto en la sucia oscuridad
de su perramus.
Atosigado en el burgués cieno
de algún perfume penetrante
como la daga del dinero con que te premia.
Y luego, cuando toda pasa,
Cuando recuestas tu cabeza en tu almohada,
Al pasar la noche, de nuevo, de vuelta.
De vuelta a tus muñecas...
Julio M.Panchuk.
jueves, febrero 22, 2007
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