Me pongo, qué me pongo?
Me saco, qué me saco?
Acaso, la luz, de encima,
cuando pienso en tus carnes.
Acaso, no se me nubla
la imaginación?
Porque, ¿acaso no soy humano?
Estoy mirando el quejoso
crepúsculo. Un pájaro se posa
sobre mi cabeza
No me caga, encima, no…
Me habla de una amante lejana
tal como si fuese una paloma mensajera…
Siento el dolor de la lehmaniasis.
Y nadie hace nada,
aquí, sólo en el subdesarrollado Sur
se enciman automóviles, y putas
siempre.
Dejan que mueran niños.
Me dice una chica,
Señor, deme una limosna
Yo le haré sexo oral.
Y allí veo, cuánto, cuánto
hemos caído.
Todo es claro y negro.
Como los “cadillac´s” que ocupan
los embajadores africanos
en mi ciudad capital.
Desplazándose con oros, y nada
de baratijas.
Mientras allá, en la sierra
mueren como moscas.
Ah! Estoy tan tranquilo.
Jesús me dijo que me Ama.
He sentido su corazón Sagrado.
He sentido ciertas réplicas,
ante mis súplicas ingratas
ante mis letargos emocionales
Me promete juicio….
Me saco, qué me saco?
Acaso, la luz, de encima,
cuando pienso en tus carnes.
Acaso, no se me nubla
la imaginación?
Porque, ¿acaso no soy humano?
Estoy mirando el quejoso
crepúsculo. Un pájaro se posa
sobre mi cabeza
No me caga, encima, no…
Me habla de una amante lejana
tal como si fuese una paloma mensajera…
Siento el dolor de la lehmaniasis.
Y nadie hace nada,
aquí, sólo en el subdesarrollado Sur
se enciman automóviles, y putas
siempre.
Dejan que mueran niños.
Me dice una chica,
Señor, deme una limosna
Yo le haré sexo oral.
Y allí veo, cuánto, cuánto
hemos caído.
Todo es claro y negro.
Como los “cadillac´s” que ocupan
los embajadores africanos
en mi ciudad capital.
Desplazándose con oros, y nada
de baratijas.
Mientras allá, en la sierra
mueren como moscas.
Ah! Estoy tan tranquilo.
Jesús me dijo que me Ama.
He sentido su corazón Sagrado.
He sentido ciertas réplicas,
ante mis súplicas ingratas
ante mis letargos emocionales
Me promete juicio….
1 comentario:
Que buen poema
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