por J.M.P.
Entiendo…
Se están aceitando
nuevamente
los fusiles.
Hay otro grito.
Gritos de inmisericorde
Odio.
Se están colgando de
lianas.
construyendo cabañas.
Llenos de sudor,
trabajan.
Aceitan los fusiles.
Hablan de un mundo mejor
en su proclama.
Creen que el gran ojo del Imperio los vigila.
Entiendo. No hay que ser tan inteligente,
demasiado odio ha generado odio.
Para qué sirve la vida, cuando te dejan afuera?
Así han nacido los revolucionarios.
Las revoluciones.
Los que mandan no se han desarmado el alma
les han mentido a todos en nombre del Padre.
Allá lejos, en la ciudad inmisericorde
sigue el niño pidiendo monedas.
Ni para el pan diario, y eso que hay más autos…
Festejan, los que mandan hasta que
el primer proyectil
se libere de la recámara.
El cielo enlutado, escucha a todos.
Su Santidad con ropajes dorados
condena la miseria. Condena el odio.
En voz muy baja.
En tanto en la selva,
y como en el sitio de Masada
no habrá sobrevivientes.
Un Cristo en la Cruz llora lágrimas
de sangre…
Y esto, a esta altura, eso es noticia?
Si aún sigue escribiéndose la historia universal de la infamia.
miércoles, abril 09, 2008
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