sábado, julio 26, 2008

De maravillas silentes, del todo y de la nada


Ápice

Por Julio Miguel Panchuk

Se está silenciando el alma
llenándose de karmas
olvidándose de contemplar
El todo.
Recoleto paso el mío.

Podrá caminarse sin cansancio
por esa calleja que
conduce al puerto.
Podrá, ciertamente, ser una noche
de celebración.

El reloj no es mi enemigo,
Ya. Aquí estoy a merced del
irreal brillo de las estrellas
buscando algo, que no se bien
que no se bien, que es.

En realidad me debo hoy al viento.
me debo a extrañar acompasadamente
el silencio compartido
de los amigos que no están,
de las cosas que se dijeron.

El todo me contempla, yo lo miro
como quien mira al interior del pozo,
allá a lo lejos, parece que ese alguien
Que nos mira no somos nosotros.
o quizás no lo conocemos tanto,
para memorarlo.

Está en silencio la noche, hace
ese necesario frío. Se callaron
las voces impertinentes,
se demacró la estupidez,
y dio directo paso a la contemplación,
De nuevo, del Todo, con el silencio en el alma.





Trans_versal

Por Graciela Malagrida

Me contento con saber
que este sol
que sale al sesgo, a mis pies
te despertó quizás hace horas
cuando aún, ataba yo
cabos de luz

Me halagan
muy pocas palabras
y alguno que otro prisma
o combinación de rubores
pero tu brisa…aaaaah!
tu brisa me malcría

Me has convertido en deudora
de la noche a la mañana. Te adeudo
las maravillas germinales
que me ciernen con tenues pretextos
a través de los cristales
del presente

Me adjetiva
“ámbar”
tu existencia
.
.
.
aaaaah!
tu brisa me malcría.

sábado, julio 05, 2008

Inmortalidad

por Julio M. Panchuk. 04/07/2008 23:32:51



Haré mi trabajo por toda la eternidad.
Seré lo que tú quieras que sea.
En todo momento, en cada
singular minuto.

Estaré entretanto, mirando simplemente
esperando, una orden será, la tuya
cuando solo me recuerdes.
Yo haré mi trabajo por toda la eternidad.

Será que no cumplí con mi deber¿
Será que no te amé lo suficiente?
Lo suficiente, como para amar a un ave
que aletea a ciento cincuenta pulsaciones
por minuto…

No importa, estaré en tus sueños.
Haré una ilusión de tu vida, si quieres…
No habré encontrado tu punto débil.
Aún si así lo quieres…
Yo, haré mi trabajo por toda la eternidad.

No podremos encontrarnos,
Para qué, tu corazón, no me dirá adiós.
Es sólo aquello que late
como un ave de paso,
como sonando cañones, anunciando la guerra.

Total, entre los dos ejércitos, está Dios
dando la victoria.

Amada deja, yo haré el trabajo,
por toda la vida, por toda la inmortalidad.
Nunca te dije adiós, nunca dijimos adiós…

Déjame, cuál Sísifo, yo haré el trabajo,
Por toda la inmortalidad.
Déjame, yo haré ese trabajo…
Por toda la inmortalidad.
Nunca hemos dicho adiós, nunca…hemos…
Dicho: adiós…