miércoles, octubre 21, 2009

En los buenos tiempos




El jardín de las hespérides de Frederic Leighton (1892)



En los buenos tiempos estábamos enamorados.
En los buenos tiempos, éramos hermosos.
Ahora estamos alcanzados por el fulgor
de lo divino.
Ya no podemos salir a jugar al jardín
de las hespérides.
Ni robar manzanas.
Ni contar con los dedos de la mano
los amigos.
EL hombre feliz andaba sin camisa.
Ahora contamos los centavos
como contamos los minutos.
Tenemos que agarrarnos a golpes de puño,
con cierta suerte.
Aprendimos a la larga,
que el agua corre y el viento sopla
con cierto criterio mágico.
Ahora escuchamos el agua cantarina,
y nos ponemos allí, donde está el tigre
furioso, desalentado porque lo andan
buscando para extinguirlo.

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